Si tu vida conecta de alguna manera con otras personas, eres una persona influyente.
Mi buen amigo Tim Elmore compartió conmigo hace varios años una estadística asombrosa que nunca he olvidado. Los sociólogos nos dicen que incluso el individuo más introvertido influirá en 10.000 personas a lo largo de su vida. Todo el mundo influye en alguien.
Eso significa que la pregunta que todos deberíamos hacernos es, «¿Cómo puedo aumentar mi influencia?»
La influencia se gana. No llega instantáneamente ni por accidente, así que tenemos que ser intencionados con la forma en que enfocamos el crecimiento de nuestra influencia.
Al fin y al cabo, hay dos tipos de personas: las que dan valor y las que reciben valor. La influencia siempre se gana dando valor.
John Maxwell pone en práctica el principio de dar valor haciendo cinco cosas sencillas cada día:
He adoptado este plan y he visto crecer enormemente mi influencia. Pero este proceso no se desarrolla de la noche a la mañana, sino por etapas.
Visualmente, se parece a esto:
Veamos cada nivel mientras aprendemos cómo hacer crecer nuestra influencia.
No hace mucho, la Universidad de Stanford publicó un estudio titulado «Cómo aprendemos». Sus hallazgos revelaron que el 89% de las personas son aprendices visuales, el 10% son aprendices auditivos y el 1% aprende utilizando sus otros sentidos.
Basándonos en estos resultados, sabemos que el liderazgo se aprende, ¡no se enseña! Si quieres tener un impacto significativo en la vida de otras personas, tienes que trabajar a su lado para que puedan ver tu influencia en acción.
Te conviertes en un influenciador motivacional cuando animas a las personas y te comunicas con ellas a nivel emocional. Este proceso crea un puente entre tú y los demás, al tiempo que refuerzas su confianza y su sentimiento de autoestima.
Cuando las personas se sienten bien consigo mismas mientras están contigo, tu nivel de influencia aumenta significativamente.
Ser mentor es volcar tu vida en otras personas y ayudarlas a alcanzar su potencial.
El poder de la tutoría es muy fuerte. Al dar de ti mismo, ayudas a otros a superar obstáculos en sus vidas, les enseñas cómo crecer personal y profesionalmente, y les ayudas a alcanzar un nuevo nivel de vida. Realmente puedes marcar la diferencia en sus vidas.
El nivel más alto de influencia que puedes tener en la vida de los demás es el nivel de multiplicación. Muchos líderes luchan por llegar a la cuarta etapa de influencia, pero todos tienen el potencial.
Como influenciador multiplicador, ayudas a las personas a las que influyes a convertirse en influenciadores positivos en la vida de los demás. En esta etapa transmiten lo que han recibido de ti, así como lo que han aprendido por su cuenta.
Bill Westafer -amigo de John Maxwell- observó: «Hay personas cuyos sentimientos y bienestar están bajo mi influencia. Nunca escaparé a ese hecho». Es un concepto muy saludable que todos debemos recordar.
Todo el mundo es un líder, porque todo el mundo influye en alguien. Eso te incluye a ti.