Un salario fijo puede proporcionarte un gran nivel de seguridad en el corto plazo, pero no es la mejor vía para alcanzar tus sueños.
Realmente el mundo está cambiando. Los valores que antes considerábamos incuestionables se están derrumbando, especialmente en los temas que tienen que ver con las finanzas y la riqueza.
Muchos buscan la seguridad de un buen empleo y para ello se preparan, estudian y tratan de “encajar” en el mundo laboral a como dé lugar ¿para qué? para tener más seguridad. Eso estaba bien algunas décadas atrás, pero ¿funciona hoy en día?
Esta seguridad frecuentemente viene asociada con la idea de una carrera profesional en un campo determinado y un buen empleo dentro de una compañía o en una entidad del estado, una ong, una iglesia o alguna otra institución que se encargue de nosotros. ¿Cómo hemos llegado hasta allí? Básicamente porque nuestro sistema educativo nos ha preparado para funcionar de manera correcta dentro del sistema laboral industrial. Este sistema tradicionalmente había requerido profesionales en diversos campos con habilidades específicas y dispuestos a hacer tareas concretas, intercambiando tiempo y conocimientos por un salario.
Pero hasta ahora el sistema se había ocupado de las personas, era demasiado vertical y presentaba muchos riesgos para las personas que no se habían preparado para cambios abruptos o para reinventarse a lo largo de sus vidas.
En este sentido, el sistema tradicional prepara a las personas para ser ingenieros, abogados, médicos, técnicos, nutricionistas y un sinfín de profesiones más. Y aunque ciertamente necesitamos a todos estos profesionales preparados y especializados en diversos campos, este no es necesariamente el camino que deben seguir todas las personas. Pensar que todos podemos profesionalizarnos y centrarnos únicamente en un área específica de conocimiento puede ser contraproducente para nuestra carrera, nuestro proyecto personal de vida y nuestro futuro financiero.
El reconocido autor Best Seller T. Harv Eker nos dice lo siguiente al respecto:
¿Has oído alguna vez este consejo: “Ve a la escuela, saca buenas notas, consigue un buen trabajo con un sueldo fijo, sé puntual, trabaja mucho… y vivirás feliz toda tu vida”?
Por desgracia, este sabio consejo procede directamente del Libro de cuentos de hadas, Volumen 1, justo después del cuento del ratoncito Pérez.
Esto no funciona así para la mayoría de las personas. De hecho, el número de profesionales entre la población adulta estadounidense nunca ha excedido el 50%. Como consecuencia, las personas terminan en muchos casos en empleos no cualificados, aprendiendo saberes y habilidades mientras están ejerciendo sus empleos o desarrollando negocios independientes. Es decir, el camino de la universidad a un empleo seguro no es la opción típica de la mayoría de los ciudadanos, aunque tradicionalmente esta ha sido la fórmula más alabada por políticos y académicos en todo el mundo.
Las profesiones son una consecuencia de la Revolución Industrial, que requirió saberes especializados para puestos específicos y concretos en el mercado laboral. Sin embargo, una de las características del capitalismo industrial contemporáneo es que este siempre está evolucionando y como resultado de esto las profesiones demandadas por el mercado siempre están cambiando, lo cual no brinda mucha seguridad a los profesionales. De la misma manera, la emergencia de nuevos sectores del mercado y el desarrollo de nuevas tecnologías, nos deja como resultado el hecho de que muchas profesiones se vuelvan obsoletas rápidamente. Después de esto llega la automatización de múltiples puestos de trabajo y como consecuencia de esto el despido de muchas personas que una vez creían que eran esenciales en sus ambientes laborales.
No voy a molestarme en desacreditar toda la frase: eso puedes hacerlo tu mismo revisando tu propia experiencia y la vida de todos los que te rodean. Lo que si discutiré es la idea que se halla detrás del sueldo “fijo”. No hay nada malo en obtener un sueldo fijo, a menos de que interfiera en tu capacidad de ganar lo que mereces. El problema es que, generalmente, interfiere.
La gente pobre prefiere que se le pague un salario mínimo o por horas. Necesitan la “seguridad” de saber que está entrando exactamente la misma cantidad de dinero en exactamente el mismo tiempo, un mes sí y otro también. De lo que no se dan cuenta es de que esa seguridad tiene un precio, y el coste es la riqueza.
Esto es a lo que los economistas llaman el costo de oportunidad. Mientras estás desarrollando las tareas de un empleo típico podrías estar creando un nuevo negocio, explotando mucho mejor tus habilidades profesionales y brindando mucho más valor a la sociedad a través de un emprendimiento propio. Pero emprender conlleva riesgos y las personas sienten que los empleos convencionales les brindan mucha seguridad, entonces ellas prefieren pagar el coste de oportunidad de hacer algo realmente grande con sus vidas y continuar con empleos monótonos, poco lucrativos, pero seguros con los pagos a fin de mes.
Vivir basándose en la seguridad es vivir basándose en el miedo. Lo que en realidad estás diciendo es: “Me da miedo no poder ganar lo suficiente de acuerdo con mi rendimiento, así que me conformare con ganar lo justo para sobrevivir o estar cómodo”.
¿Cuál es la alternativa que tienes ante esta “seguridad” que parece brindarnos un empleo convencional?
La alternativa está en la creación de valor y resultados propios, en lugar de esperar un pago a fin de mes a cambio del tiempo invertido. Es decir, la solución es la creatividad y desarrollar proyectos en los que podamos obtener beneficios de acuerdo a nuestros logros sobre el terreno, no de acuerdo al tiempo que invertimos en tareas asignadas.
La gente rica prefiere que se le pague según los resultados que produce, si no totalmente, al menos en parte. Los ricos, por lo general, de alguna forma poseen sus propios negocios. Los ingresos les vienen de sus beneficios.
Ellos trabajan a comisión o con un porcentaje de ingresos. Eligen la opción de comprar acciones y participar en los beneficios en lugar de recibir salarios más altos. Fíjate en que con ninguna de las formas de obtener dinero que se han mencionado en este párrafo existe garantía alguna. Como he dicho anteriormente, en el mundo financiero las recompensas son, generalmente proporcionales al riesgo.
La gran pregunta después de todo esto, para aquellos que quieren cambiar las cosas y hacer algo mucho más lucrativo y significativo con su tiempo y sus habilidades, es si están dispuestos a asumir el riesgo de emprender y enfrentarse a un escenario incierto.
Los negocios independientes son generalmente de este tipo. Las personas que deciden desarrollar un sistema y un emprendimiento novedoso se están arriesgando a que su trabajo no de resultado alguno, pero esta es solo una parte de la historia. Los líderes realmente aplicados y comprometidos con su proyecto de vida y de negocio rara vez no obtienen resultados. Así, aunque pueda ser un riesgo emprender y desarrollar nuevos proyectos e ideas, este es un riesgo asociado a tu disposición para aprender nuevas habilidades y realizar tu trabajo de forma comprometida.
Sin lugar a dudas la independencia es una gran opción, pero no es un camino para todos. Es un camino con grandes posibilidades para aquellas personas que son capaces de dejar el miedo atrás y a comprometerse de manera sincera son sí mismos y con sus sueños.
Extraído del libro Los secretos de la mente millonaria de T. Harv Eker.